No es cierto que sea natural, ya que actualmente, con el gran negocio del autocultivo, se consiguen plantas que han sido manipuladas genéticamente para conseguir concentraciones de THC superiores a lo normal. No todo lo natural es sano.

El alcohol y el tabaco matan 50 veces más que la heroína, cocaína o cualquiera de las demás drogas.

Las drogas (salvo los medicamentos correctamente utilizados) son sustancias tóxicas y desde su primer consumo existe riesgo para la salud de la persona que las consume.

Las drogas te hacen evadirte unos momentos de los problemas. Cuando se pasa el efecto...el problema sigue estando.

El alcohol produce una “buena onda” temporal, que termina cuando se acaba el efecto. Beber en exceso puede traer un buen momento, pero luego podemos sentirnos cansados, deprimidos o nerviosos.

Los Estados Miembros de las Naciones Unidas han reconocido desde 2019 que la dependencia a las drogas es un asunto de salud relacionado con múltiples factores. Esto significa que existen diversas variables que incrementan la posibilidad de que alguien comience a utilizar drogas o desarrolle desórdenes por su consumo. Estos factores escapan en gran medida del control del individuo; están ligados, por ejemplo, a la genética, la salud mental o el ambiente (por ejemplo, estrés o trauma relacionados con vivir en una comunidad marginada o violenta, dificultades familiares).

De acuerdo con el Reporte Mundial de Drogas 2019, a pesar de los incrementos, el porcentaje de personas que usan drogas a nivel global es de 55.5%, o sea 271 millones de personas. De éstas, 35 millones sufren desórdenes por el uso de drogas y requieren tratamiento.
A pesar de que la incidencia entre personas jóvenes es en general más alta que entre la población general, incluso en el caso del cannabis (la droga con la tasa más alta de incidencia), solamente unos pocos países reportan que más del 30% de los y las jóvenes la han consumido durante el último año.
Las personas que usan drogas y con desórdenes por su uso pueden sufrir diversas consecuencias sanitarias y sociales de gravedad.

Las mujeres absorben y metabolizan muchas sustancias, incluidas las drogas, de manera diferente a los hombres. Las mujeres con desórdenes por el uso de drogas tienen tasas más altas de otros problemas de salud que el promedio, como por ejemplo VIH/SIDA y trastornos concurrentes de salud mental. A nivel global, el acceso a los servicios de salud es más limitado para mujeres con desórdenes por el uso de drogas: a pesar de que 1 de cada 3 personas que usan drogas es mujer, y solamente 1 de cada 5 personas en tratamiento por drogas lo es. Además, proporcionalmente más mujeres que hombres están en prisión por delitos relacionados con drogas. Por último, las mujeres sufren doble estigma y discriminación. Sus necesidades específicas deben ser consideradas en la prestación de servicios de tratamiento, de salud y apoyo social, ya que han demostrado superar los retos tan bien como sus contrapartes masculinas cuando se les ofrecen servicios basados en la evidencia y sensibles al género.

Al igual que muchas otras medicinas, los medicamentos psicoactivos sometidos a fiscalización requieren una receta de un médico certificado y son suministrados por un farmacólogo calificado. Esto se hace para garantizar que el medicamento sea seguro para el paciente y que éste conozca y entienda sus efectos secundarios. En cuanto al uso de medicamentos psicoactivos para usos no médicos, por ejemplo, sin receta o de manera diferente a la prescrita, éste no es seguro, puede perjudicar la salud y debe ser evitado en todo momento. https://www.unodc.org/unodc/en/drug-prevention-and-treatment/publications.html

Algunas de las sustancias psicoactivas que están sometidas a fiscalización (no “prohibidas”) conforme a las Convenciones Internacionales sobre Drogas tienen usos importantes en la investigación y la práctica médica, particularmente en lo que respecta a los tratamientos para el dolor, el tratamiento y atención de personas con trastornos por el uso de drogas y el tratamiento de desórdenes de la salud mental. Las Convenciones permiten asegurar que las personas que necesitan de estas sustancias tengan acceso a ellas, al mismo tiempo que evitan su desviación y uso no médico.

Los desórdenes por el uso de drogas son trastornos de salud multifactoriales. Como tales, sólo pueden ser abordados de manera efectiva mediante tratamientos contra las drogas, servicios de salud y protección social que se ofrecen en el contexto del sistema sanitario como se hace con cualquier otro trastorno de salud. Los tratamientos voluntarios basados en la evidencia son eficaces para reducir el consumo de drogas, la delincuencia y la reincidencia, y han demostrado ser más rentables en función de los costos que la carencia de tratamientos o la prisión. Además, el derecho a la salud es un derecho humano fundamental y las personas que consumen drogas, incluyendo aquellas con desórdenes por su uso, no pierden su derecho a la atención sanitaria, aún cuando estén en contacto con el sistema de justicia penal, ya sea que estén, o no, en algún centro penitenciario. De hecho, el tratamiento y la atención se recomiendan como alternativa al encarcelamiento o el castigo en casos pertinentes de carácter menor.

La dependencia de las drogas a menudo es resultado de un trastorno de salud crónico y reincidente que se caracteriza por cambios en el funcionamiento del cerebro que persisten a largo plazo. Por lo tanto, incluso para las personas en tratamiento, la recaída es previsible y no debe ser considerada un fracaso del tratamiento o del individuo. Por el contrario, el correcto manejo de una posible recaída debe ser un componente clave y normal de los servicios ofrecidos para el tratamiento de los trastornos por el consumo de drogas. De hecho, se ha demostrado que las personas con este tipo de desórdenes que tienen la oportunidad de acceder a un tratamiento voluntario basado en la evidencia, además de atención sanitaria y protección social, pueden llevar una vida sana y productiva.

De las más de 500.000 muertes relacionadas con las drogas que se producen alrededor del mundo cada año, la mayoría está relacionada con el uso de opioides. El tratamiento basado en la evidencia que incluye opciones farmacológicas (como la metadona o la buprenorfina) y el apoyo psicosocial es una estrategia efectiva para la prevención de las sobredosis de opioides. Además, se ha demostrado que la naxalona, un antídoto de los opioides y un medicamento barato y seguro sin propiedades psicoactivas es eficaz para reducir la mortalidad por sobredosis, incluso cuando es administrada por primeros respondientes como agentes de policía, compañeros o familiares, siempre y cuando hayan recibido capacitación.

Falso: El estado “chévere” es temporal, luego sobreviene un efecto de cansancio, nerviosismo o depresión. Hay un efecto de desinhibición que puede generar problemas con la ley, violencia o conflictos.

Verdad Múltiples investigaciones señalan que mientras más temprano se inicie el consumo de drogas, más probabilidades de generar una adicción, debido a la vulnerabilidad del sistema nervioso central en desarrollo.

Falso La creatividad es una habilidad que depende de las funciones cerebrales complejas, las drogas pueden incrementar la percepción de los estímulos sensoriales, creando una falsa sensación de innovación, de conceptos previamente almacenados en tu cerebro.

Verdad Desde la primera dosis actúan a nivel cerebral, ocasionando cambios específicos a sus funciones.

Falso El efecto del alcohol es diferente en todas las personas, depende del metabolismo, de su estado de ánimo y de la contextura física.

Falso Existen riesgos desde la primera dosis, como nerviosismo, pánico, alteraciones respiratorias y cardiovasculares, compromiso de las funciones mentales entre otros.

Falso La adicción es un fenómeno neurobiológico, que va más allá de la acción voluntaria del consumo, para salir del problema se requiere ayuda especializada de personal profesional.

Falso El problema continúa y se pueden incrementar los sentimientos de tristeza, rabia, nostalgia, despecho y frustración.

Falso La marihuana afecta los pulmones porque el humo se retiene en ellos, conteniendo el monóxido de carbono. Esto los inflama y aumenta el riesgo de contraer enfermedades como la neumonía, bronquitis crónica, etc.

Falso Porque depende del grado de alcohol de cada trago. ¡Revisa la etiqueta!

Falso La marihuana puede generar dependencia. Su consumo produce dificultades en la capacidad de aprendizaje, problemas de concentración, altera la memoria inmediata y desmotiva.

Falso El efecto estimulante de la cocaína puede dar una falsa sensación de seguridad en uno mismo y cierta sociabilidad. Es un efecto pasajero, que posteriormente se transforma en fatiga, depresión, mal humor e, incluso, agresividad.

Verdad Si la intoxicación es grave, existe un alto riesgo de morir, ya que puede causar parálisis respiratoria y compromiso cardiovascular, así mismo pérdida de conocimiento, problemas respiratorios, gastritis crónica y alterar el funcionamiento del hígado, lo que puede llevar finalmente a una cirrosis hepática.

Verdad El hígado solo puede metabolizar el alcohol a un ritmo de una cerveza o un trago de otro licor por hora.

Verdad

Falso La cocaína estimula el sistema nervioso, induciendo una sensación de energía, y mayor rendimiento físico. Sin embargo, esta sensación termina cuando se acaba el efecto y va acompañada de ansiedad, nerviosismo, y problemas en el funcionamiento cardíaco, que podrían generar arritmias cardiacas y con esto infartos tempranos y muerte.

Falso Los daños a largo plazo incluyen alteraciones renales y hepáticas, disminución de las capacidades con desorientación, fallas en la coordinación y otras consecuencias crónicas, incluida la muerte.

Falso El alcohol es un depresor del sistema nervioso central; por consiguiente, tiene un efecto inhibidor sobre la estimulación sensorial y sobre las respuestas fisiológicas.

Verdad El alcohol aumenta la reactividad emocional, la susceptibilidad, irritabilidad e intolerancia y disminuye la percepción de riesgo.

Verdad El alcohol es un depresor del sistema nervioso central, cuando aumenta la concentración de alcohol en la sangre, disminuyen paulatinamente las funciones y facultades mentales. Toma despacio y mantente activo.

Falso
Los efectos de la marihuana pueden durar hasta 3 días en tu cuerpo y mente. Inclusive puede quedarse hasta 3 meses en tu sistema, después de usarla una sola vez.

La adicción puede empezar a cualquier edad, todos somos vulnerables.

Ha drogas legales, como el alcohol y el cigarrillo, ya que generan dependencia y se asocian a varias enfermedades

La marihuana puede ocasionar daños a mediano y largo plazo más severos que los posibles beneficios a corto plazo.